© 2013-2017 Cristina Merino Navarro


martes, 29 de diciembre de 2015

Génesis

Las alas se expandían y luchaban,
Avasallaban el aire.
Contener todas las lágrimas en mi pecho,
Era un crimen.
Y me abstraía en la lucha, en la batalla,
En la caída.
Yo caigo con él todas las veces.
Pero tú me tocas y sé
Que puedo volver.
Que he vuelto y estoy
En tierra.
Por primera vez no quiero seguir el vuelo
Que me aleja del sufrimiento
Y de la belleza más bonita de todas,
Completamente corrompida.
Te quiero se convierte
En lo más serio y fuerte
Que podría concentrar en unas palabras.
Ángel, no estamos solos.
Puedo recogerte con mis alas cuando caigas
Y veas
Que él también sigue conmigo,
Con luz propia, con alas propias
Que también pueden
Abarcar el cielo.


29.12.15
Cristina Merino

jueves, 24 de diciembre de 2015

Qué bonito era
Despertarse ante tus ojos
Sin más maderas
Que pretenden música.

24.12.15
Cristina Merino

martes, 22 de diciembre de 2015

La muerte

Pasarte la vida
Enamorada
De la persona equivocada
No parecía tan malo.
No era
Como haber dejado la vida
Desperdiciada,
Como un vicio malo
Con el que puedes acabar
Pero que,
Al final,
No acabas.
O quizá sí
Y era otra manera
De decir que sabías vivir
O que la muerte también
Estaba enamorada
De la calavera,
Cuando la calavera
No podía sentir
Y a la muerte
Le quedaba
Toda la eternidad por delante,
Muchas vidas en las que encontrarte,
Muchos sueños con tus ojos verdes.
Mucha muerte
Cuando aún la muerte,
Aún, joder,
La muerte,
No puede morir.

21.12.15
Cristina Merino



Imagen de Alba Roldán

lunes, 14 de diciembre de 2015


Tiemblan los labios
Cuando se pronuncia un te quiero  Insuficiente.
Se agujerea mi pecho
Sin poder llenarlo,
Sin discernir ya las causas.
Sólo un dolor en los ojos verdes
Que deja un rastro
De madrugada.
Sólo un dolor.

14.12.15
Cristina Merino

martes, 24 de noviembre de 2015

Oler a ti

Cada vez
Se hace más dura la supervivencia
Cuando te masacraría a besos
Y los versos
Solo serían esas balas sorpresa
De la recámara.
La supervivencia a estar sin ti
Se atraviesa
En todas mis células
Y se derraman en los ojos
Que ya no reconozco como míos.
A pesar de todo
Sigo oliendo a ti,
Sigo despertando contigo aunque no estés
Y sigo muriendo.
No sé quien se suicida ya,
Si yo o la esperanza
Pero sé
Que mañana
Seguiré
-Queriendo-
Oler a ti.

24.11.15
Cristina Merino

jueves, 19 de noviembre de 2015

Booktrailer de Distorsiones en el cielo

Gracias a Editorial Círculo Rojo pude cumplir el sueño de publicar mi primer poemario y, además, han realizado el siguiente booktrailer para mis Distorsiones. Os dejo el link justo abajo. Espero que os guste...


https://vimeo.com/139901896


¿Os entran ganas de cogerlo? ;)

Cristina Merino

domingo, 15 de noviembre de 2015

Sonrisa al aire.


El destrozo se perpetúa.
Llora helada la estatua
Y en las mejillas
Se congelan las lágrimas
En heridas acogidas este otoño.
Había crímenes mayores
En el mundo
Que sacudían el mármol
Y eras tú quien cometía el mío
Día a día.
Tengo miedo
De que cualquier posibilidad
Se emancipe
De mi vida,
Se extinga lejos
De tus manos
Cuando mi corazón
En el tuyo
Se muere
Y no llega nunca el beso
Con el que vayas a resucitarme.
No cesa el deseo
De un abrir de ojos contigo
Muchísimo más cerca,
De un aleteo que endulza la vida,
De tu boca en la oreja mientras duermo.
Pero ya te conozco un poco,
Ya es hora de abandonar,
Abandonada,
Hasta mis próximas fuerzas,
Sin derecho a preguntar
Si seguirás ahí
Cuando vuelva,
Si yo sabré encontrar
Un camino a ti
Y regresar
Cuando mis pies
Hace tiempo que se hieren
Con lo que no puede ser
Y las imposibilidades me estacan la espalda
En mis últimos suspiros,
Y se desangra,
Aunque no sea visible la lucha,
De mis demonios,
En mi cabeza.
De mientras,
El cielo sigue entintado de escarlata
En el pensamiento de cualquiera hoy.
Podría haber sido yo
Y no sé
Qué habría pasado contigo.
Para ti,
Todas mis alas.
Así que perdona la actitud del miedo,
Que te habla,
Que vive aquí, conmigo.
Intento liberarme
Y la esperanza, aunque no sirva,
Me mantiene deseosa
De todas y cada una
De tus posibles guerras.

15.11.15

Cristina Merino

martes, 20 de octubre de 2015

In the eye of your beholder







Encontrarse
En ese punto
En el que ni lo más bonito
Te duele
Ni te enamora,
Porque todo me duele a mí.
No se corren
Más que la paciencia y las ganas,
Se pisotean con la lluvia de las palabras
Que jamás te oiré decir.
En mis ojos se seca
La existencia de vida,
Incomprendida y sin razones.
No hay diferencia:
Uno más o menos en los millones.
Así que no soy tan grande,
Soy el defectuoso cinco por ciento de descarte
De toda buena creación.
Queda mucho cielo para mí
Que no podré tocar.
Tú te vas,
Aunque digas que no,
Ya te has ido,
Se marchan las posibilidades,
Y a mí,
Me faltan ya recuerdos
Y me sobran “me faltas” en la pintura,
Vahída,
De mi casa.
No soy tan grande.
Aunque nunca quise ser gigante
Ni encontrarme
Con un maullido tan fuerte
Que no fuera capaz de romperme
Sino de quebrarme.
Estoy en el punto
En el que eres tantas cosas
Que mi obcecación
Sólo se centra
En no olvidarte.
Eres mi rosa azul
Lejos de lo inmarcesible.
No se va de mí el deseo
De una insuficiencia cardíaca,
Alguna vez,
Cuando te mire,
En tu pecho,
Que yo también me encontraré con la muerte
En el punto aquel
Donde dejaste de existir.
Ya moriré al atragantarme con las lágrimas.
Ya moriré cuando sea la parca
Quien te quite mi corazón.
Ojalá mueras tú también,
Alguna vez,
Porque soy capaz de quitarte el tuyo.
Pero sé que jamás
Me hablarás a las tres de la mañana
Porque mi recuerdo
Te ha empujado a mí
Y la parca
Jamás podrá quitarme
Nada tuyo,
Aunque, tal vez,
Pronto,
Ella quiera visitarte a ti,
Ojos verdes que miran
Y ya no consiguen verme
Porque callaste
En los abrazos
Y no importaban mis despedidas.
Ahí estoy.
Drogada con tu olor mientras te pienso
E imagino
Que he muerto
Y me muero del miedo…
Por si es verdad.

20.10.15
Cristina Merino


martes, 13 de octubre de 2015

Se cuecen cosas por mi página de facebook.
Si quieres ganar un ejemplar gratis, pásate: f/ distorsión en el cielo.

miércoles, 7 de octubre de 2015

Portada "Distorsiones en el cielo"


Os presento la portada de mi primer poemario. ¡Espero que os guste! :)


martes, 6 de octubre de 2015

Aquellos eran los deseos
Que no se cumplían,
Llamando a la puerta,
Pertenecientes
A la desdicha,
Al corazón oxidado
De un pecho
Roto en paja y fuego.
El rezo era inútil,
Dios no respondía al llanto,
La musa ensordecía,
El consuelo se inundaba de heridas
Y los ojos
Se convertían
En frío latente
Tras lo que parecía calor.
Los deseos, lo cierto,
Es que no se cumplen
Por alto que los pienses,
Que los pidas,
Que los amamantes.
Los sueños
Se rompen
Cuando oyen tu nombre.
La sombra te encarna
Y el ángel
Se despedaza en el suelo
Y se estrella
A salud
Del deseo de una inquietud más
Bautizada con tus manos.
Me ahogabas en lágrimas,
Provocabas en mí,
Lo más precioso del mundo.
Mi deseo mirando siempre
Al lado opuesto de mis ojos,
Hacia otro universo
Más amplio
Que el que yo
-Y mi mirada-
Pudiera encerrar.
Siempre lejos
De los deseos.
Siempre el deseo lejos
De mis deseos.
El cielo se burla de mí
A estas horas
Porque no lo alcanzo.
Ya me han vedado
El paraíso.
Niña,
Yo a ti no.
Aparece tras de mí,
Y tras de ti,
El abismo.

06.10.15

Cristina Merino

domingo, 27 de septiembre de 2015

Era factible. Sin duda alguna lo era. Así que abrí la puerta de aquel lugar desolado por los años y la histeria, con unas paredes chorreando recuerdos y sangre. Las vísceras de la casa se resquebrajaban encima de mi cabeza, pero no había manera ya de detenerme. Estaba tan desconchada como la pintura de sus habitaciones; me sentía en casa. Tan triste y dando tanta pena que a cualquiera se le hubiera saltado el corazón, aunque quizá no las lágrimas. Pero mi abismo era tan abismo, que aterraba. Y sus pasillos eran tan vacío, que no pude evitar dejar caer la ropa mientras andaba. Era como dejar atrás la vida que llevaba a mis espaldas. Mi personalidad, mis decisiones, mis arrepentimientos. Porque alguno había. En mi cabeza no podía tocar cualquier piano, ni cualquier otro nombre podía retumbar. No me podía avergonzar de las razones de mi pena, por mucho que lo gritaran, no entonces, cuando las sentía martillear tan fuerte a mi alma, recordando que a ese nombre ya no lo podía conmover. Que, de hecho, apenas había podido hacerlo. Las cartas las llevaba conmigo en mi cuerpo, inseridas en la piel. Todas. Las enviadas y las que se quedaron en el cajón de mi dolor, ese tan mío que jamás sería tuyo ni sufrirías conmigo. Así. Así te llevaba. Inserido en la piel, como una especie de tinta dolorosa llena de memorias y sin cura. De hecho, me viene ahora una. Y sólo te hice llorar una vez, cuando la belleza había muerto y parecía no existir salida a esa muerte.
La última planta parecía la más indicada, la más cercana a los cielos. El salón era suficientemente grande como para clavar ahí mi tumba. Las rosas esparcidas en mi imaginación daban el toque final a mi drama. Los cuchillos ya los llevaba yo. Se podían ver si me observabas de espaldas, como mi sangre conjuntaba con la sangre de mi nuevo hogar. Porque hasta los hogares sufren, incluso cuando creías que alguien podía encarnarlo y aún no habías aprendido que las anclas se establecen primero en uno mismo.
Desplacé mi cuerpo hacia el suelo ansiando que todo acabara. Mi espalda contra el suelo, mis cuchillos contra el suelo, y, entonces, clavada. Suspiro hacia dentro, expiración casi, casi completada. Ojos hacia el cielo. Lágrima que se desprendió del alma. La pena se evapora. La sangre irradia. Los cuchillos brillan en el esternón. La cabeza se despezada. La boca a borbotones se cose. La voz se apaga, se atenúa la vela. El recuerdo eclipsa al sol, me estrello en tu memoria. La llama se extinguió y, ante el miedo a la oscuridad completa, conseguí alzar la mano y, con el encendedor, crear mi propia luz de la esperanza. Todo llama y todo ceniza. Todo ceniza en mi epitafio donde la belleza fue una posibilidad que no llegó ni a llama, hasta que mi mano fue capaz de soltar el encendedor.

Quizá haya salida a esta muerte y haya más luz aparte de esa pira.

Cristina Merino

Ilustración de Irene Talló (gracias, gracias, gracias)

viernes, 25 de septiembre de 2015

Viaje emocional

Fue como un flash de luz,
De nuevo tu olor atravesando la garganta.
Mejor aún,
El alma,
Que el corazón estaba ocupado
Rememorando
Lo que fue y lo que murió
Por no poder ser.

El mejor viaje emocional tenía cuerpo
Y se encontraba del mío
A años luz.

07.08.15
Cristina Merino

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Hoy

Adiós.
Se despide de mí
Mi otro yo.
Pero no la angustia
Que se abre,
De nuevo,
Y no sé
Si mi corazón
Tiene vida propia.
Si también mis lágrimas,
Si también el dolor.
Y que sólo acabo siendo
Un recipiente
Vacío y opaco
Al que no se echa de menos.
Es el que no consigue
Ni vibrar
Hoy
Su propio interior.

12.09.15
Cristina Merino

lunes, 21 de septiembre de 2015

El crujir

Y a veces también me invade el miedo a no poder escribir más. Aquí tenéis el crujir.

Si te acercas
Se oye cerca el crujir
Del dolor.
No se ha ido de aquí
El nudo.
No ha salido a flote
El hundimiento.
Al menos,
No a estas horas
En las que se me nubla la vista
Y todo es negro
En esta esquizofrenia llena de amor.
Huelo a podrido,
Aquí dentro,
Por algo que murió
Y aún yo pretendo
Que siga vivo.
Tu pérdida se ha clavado
En un pecho
Que se desangra.
El fuego me ha alcanzado
Y el rechazo y la indiferencia
Se han hecho hueco en mi cuerpo.
Qué hago con este arder,
Con éste vivir
Que sigue crujiendo.
Crujo y me doblego.
Me brillan ahora los ojos
Por las lágrimas
Y la tristeza
Me ha invadido,
De nuevo,
Porque recuerdo,
Y los actos recuerdan
Que no provoco más
Que lo que ya ha muerto.
Si te acercas a ese crujir,
Lentamente, se convierte
En un vacío inundado
Por algo parecido al mar.
Sólo un pecho derramado
Y sin nada,
Unos ojos que no hablan
Y el crujir de ese sitio,
Equiparable a un sin sentir,
Como el mío.
¿Crees que en el crujir
Se sana el daño?
Ojalá yo pudiera y supiera
Sanarte a ti
Y, también,
A tu crujir
Aunque no sea yo
Quien te inunde al leerlo.

21.09.15

Cristina Merino

viernes, 18 de septiembre de 2015

Deseo

Mejor
Que ni hubieras sabido explicarlo
Pero sí sentirlo.

18.09.15
Cristina Merino


domingo, 13 de septiembre de 2015

Que pase
Lo que tenga que pasar.
Mi último pensamiento
No podrá nadie
Arrebatármelo
Y siempre
Será para ti.
Totalmente tuyo.

07.08.15
Cristina Merino

viernes, 11 de septiembre de 2015

jueves, 10 de septiembre de 2015

Nada

Soy factura impresa
De la invisibilidad.
Mi identidad se proyecta
Hacia el vacío.
El cansancio se acurruca
Para dormir,
Conmigo,
A mi lado.
Soy mente enclaustrada
Que se evapora.
El universo me inunda.
Ni para ti ni para mí,
Soy nada.
Soy nadie entre las luces
De otros cielos.
Mi universo es tan pequeño
Que explotará, un día,
Entre mis manos.
Su reflejo intentará imitar tu cara
Y se expandirá todo mi yo
Para acabar siendo nada
Ante un vacío
Que olerá a mar
Y a todo lo que no pudo ser contigo.
El big bang de mi esencia,
Pero justo para no crear,
Para no ser,
Para dejar y abandonar,
A la suerte esquiva de mis dedos.
Abandonarme.
Que siempre será más fácil
Que quedarse
Como el cansancio,
Acurrucado,
Conmigo, a mi lado,
Mientras duermo,
Esperando mi despertar
Como algo bonito
Que podía producirse.
Soy importancia, por debajo,
De los te quiero
Con los que mis labios
Buscaban siempre
A los tuyos.
Soy nada ante el océano
Y el sublime se mantiene
Justo en el recuerdo de tus manos.
Ya no soy nadie.
Aunque la tristeza,
Siempre,
Me reconoce.

09.09.15

Cristina Merino

lunes, 7 de septiembre de 2015

Hoy
Llueve fuera,
De aquí.
Sabrá el cielo
Que mis ojos
No pueden
Llorar más
Y la pena
Se vierte,
Ahora,
En sangre
Por dentro.

01.09.15

Cristina Merino

sábado, 29 de agosto de 2015

Superior a mis fuerzas

Lo pronuncio aunque no sirva para nada,
Eres superior a mis fuerzas.
Mantra realizado, producido y versado
Mientras recuerdo la sensación de tus ojos,
La mirada inquieta.
Sonrisa en labios ansiados.
Te amo.
Y me viene a la cabeza
Que si las tentaciones existen
Será
Porque habrá que caer en ellas,
Porque habrá que caer en ti.
Ojalá, escúchame, ojalá
Abrieras el pecho
Alguna vez
Para mí.
Juro que no hablo en vano.
Prometo besarle a cada pálpito
Las heridas
Y asegurarle que lo que hay en él
También
Es superior a mis fuerzas.

29.08.15
Cristina Merino



viernes, 28 de agosto de 2015

Ni siquiera
Caen ya las lágrimas.
Se destroza
De igual manera
 Mi interior.
Para ti
Me convierto en nada,
Dejo de existir.
Ni siquiera oigo aún
Mi respiración.
Definitivamente,
Me has dado muerte
-O me la he dado yo-
Y ojalá
Yo, al final,
Tenga razón
Por mucho que duela
El corazón
Y las hemorragias
De los latidos.
Estoy hundida
Y me pregunto
Si habrá despedida.
Estoy deshecha ante la vida
Y ya
No me puedo ni levantar.
Se parten mis alas
Y el cielo
Queda más lejos que nunca.
Queda más lejos que nunca
Alzarse hoy.
¿Supurará la herida?
No soy ni capaz de recordar
Lo que antes te pronunciaba.
Mis alas se despluman
Y necesito
Que las cojas un tiempo más,
Que aguantes
Unos pocos de instantes más
Para que sea capaz de recordar
Lo que antes te pronunciaba
Entre toda esta niebla que me nubla.
Te quiero, era, ¿verdad?

28.08.15
Cristina Merino

miércoles, 26 de agosto de 2015

Se me antoja de nuevo el momento
Previo al encuentro con tus labios.
Echo de menos el beso, los besos,
Los miles de ellos.
Ahora mismo, en el frío.
Y mi interior tiembla y mi cara
Se descompone en mueca
De disgusto.
Echo de menos la mirada, la sonrisa,
El deseo.
Justo cuando mi alma se devasta
Al recordar tu tacto.
La lejanía no se escapa
Con los labios que ansío.
La lejanía me martiriza.
Mis deseos me martirizan.
Pero
Intento recordar
El plateado de la piedra,
La pronuncia de mi boca
En tu oído.
El abrazo, beso en espalda y alivio.
Y yo a ti,
Pequeña.

26.08.15
Cristina Merino