© 2013-2017 Cristina Merino Navarro


lunes, 30 de septiembre de 2013

Me da igual. Me apetecía escribirlo antes del final. J***

Estoy acabando lo que posiblemente sea lo más importante del mundo para mí. No sé si olerá a nuevo, si jamás se gastarán sus palabras. Pero me emociona pensar en ello, pensar que me quedan unos días para realizar parte de mi sueño. Mis ojos se humedecen con el rocío de un amanecer que aún no han visto. Queda aún para redactar agradecimientos. Todo parece quedar lejos a pesar de estar cerca. Mi corazón se encabrita al pensar en el final. No soy culpable de que me vayan a importar más sus páginas, pero quizás Bel es culpable de su insistencia por leerme y por su obsesión de darle este regalo. No sé si le hace más ilusión a ella que a mí. Pero todo esto tiene un origen. Empezar a hacer esto lo provocó una V. Por eso siempre le agradeceré haberme dado la vida con este descubrimiento y jamás permitiré que se corta el contacto. Pero las sombras se ciernen cuando mi querida Petitenhance echa la puerta abajo porque quiere que madure, que madure yo y mi escritura, que aprenda del ahora además del pasado, que descubra lo que sus ojos ya han visto. Su marea después de la tormenta de leerme es una calma para mi alma, porque siempre aspira más, y su voz ayuda a elevar mis alas. Y qué ocurre cuando empiezas a culturizarte en la élite de la supuesta educación: conoces a locas y haces locuras y te apoyan en cada una de ellas e incluso te acompañan a hacerlas. J & N jamás dejarán de reírse con mis ostias, y si en un futuro me la pego en este mundo, sé que se reirán conmigo de mi torpeza y me ayudarán a levantarme mientras se carcajean de mi terrible inclinación hacia el suelo. Jamás creí que iba a escribir algo semejante, debo confesarlo. Quizás se deba a que hoy me siento sentimental, aunque no estoy en esos días del mes, así que probablemente me deje a alguien, pero que no se ofenda. Si acabo esto y lo arreglo, si lo acabo y lo mejoro, si lo acaba, en definitiva, será en parte gracias a vuestra esperanza y a mi gusto. Podría decir que os amo a cada uno, pero no quiero hacerlo, porque no sería ser yo. Si eso os contestaré borde la próxima vez que hablemos, o soltaré algún moco para después reírnos de él. No sé qué haré, pero no quiero deciros sentimentalismos, ni que os lo agradezco. No quiero deciros nada. Lo cierto es que no sé cómo he acabado escribiendo esto. No lo leáis aún, que no he acabado lo principal.

C. Merino

lunes, 23 de septiembre de 2013

"Has sido quien ha visto demasiado. Has espiado demasiado mi alma como para arrepentirte ahora. Tus ojos arden, como tu cornea, como tus pestañas." 

Elías -Ada.

Abriendo boca.

C. Merino

martes, 3 de septiembre de 2013

Hoy las lágrimas se tiñen de lila
porque el negro se ha desgastado
y mi piel ya no guarda más sangre.
Mi corazón ha sido como una manzana
que se encuentra marchita y envenenada
preparada para el primer beso
dulce condena de unos labios rotos
y perdidos en el recuerdo bajo su emblema
bajo estrellas que también lloran.
Hoy mis lágrimas se han teñido de color mora
y mis labios siguen de rojo intenso.
Mi piel ha palidecido y en mis venas...
y en mis venas, oh dios, y en mis venas
ya no corre la sangre ni ningún otro fluido.
Hoy mis lágrimas se han teñido
y mi rimel ha tapado su apariencia.
02.09.2013
C. Merino