Adiós.
Se despide de mí
Mi otro yo.
Pero no la angustia
Que se abre,
De nuevo,
Y no sé
Si mi corazón
Tiene vida propia.
Si también mis lágrimas,
Si también el dolor.
Y que sólo acabo siendo
Un recipiente
Vacío y opaco
Al que no se echa de menos.
Es el que no consigue
Ni vibrar
Hoy
Su propio interior.
12.09.15
Cristina Merino
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