Ardemos de tanto que
nos separamos
Y apartamos las manos
al tacto.
Podrás ver
Que en mi pecho
existen
Todas
Esas revoluciones,
Las llamas,
Que jamás prenderán
Por mí,
En el tuyo.
La insuficiencia es
mi carga,
Y la excelencia
No sé si te pesa,
Pero tú la llevas,
Siempre,
A espaldas.
26.03.15
Cristina
Merino
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