Se me escapaba la
vida
Por gilipolleces
como desaparecer
Sentir que me
abrumaba respirar
Y perecer porque
decidí huir.
Rezar al ateísmo más
puro
Para suplicar
dejar de temerte
Por si tenerte
resultaba infantil
Imperdonable y no
me reconocía.
Se me escapaba la
vida
Y mi voz granaba
Por no saber
llamarte.
Mis pensamientos
deliraban
Pensando en la
muerte,
Porque yo moría y
tú me desaprovechabas.
Yo moría.
28.09.2014
C. Merino
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