No se han escapado las lágrimas,
De la prisión etérea de las
calles.
He lanzado aprisa los gritos
insonoros,
Por mi garganta,
Y me he desangrado inundada de ti.
Me he desgarrado sin haber amado,
Tampoco he vivido ni he muerto.
Se me ha comido la vida y el
viento,
Me incitó caer.
10.10.2014
C. Merino
No hay comentarios:
Publicar un comentario