Aquí te escribo, de
parte de mi vergüenza,
Avasalladora de muros
que comparten mi suerte,
Que responden también
a mi nombre que no es suyo.
De parte de mi vergüenza
que te grita,
Que intenta
administrar tu atención de la mejor manera,
En los recovecos de
una persecución inconclusa.
Ahí te espera mi vergüenza
insulsa y propensa a la histeria.
Porque ya no existo
más que en las palabras que compuse cuando no existías,
Que dejé para que manosearas
pensándote en desconocido.
En ser que no
entendería que esto se trata de otra persona.
Aquí se ha vuelto de
nuevo mi vergüenza, a gritos,
Temerosa de
identificarme con otras sombras,
Por si me gustaba la
luz que salía de ellas.
Aquí te escribo, de
parte de mi vergüenza,
Que te persigue entre
los silencios que pronuncian tus labios
Entre las canciones
que tocaron tus manos
Y ya no reconocemos,
ya no pretendemos,
Porque esperamos
demasiado a decir algo.
Yo lo dejé en tus
manos,
Esperando como una
idiota a no sentirme tan pequeña en tus brazos.
Me encontré entonces olvidando
que alguna vez me perteneciste,
Porque eso no fue.
Igual que yo tuve que
tragarme las palabras
Que sonaban como un yo
tampoco.
27.02.2014
C. Merino
"Porque ya no existo más que en las palabras que compuse cuando no existías" aquí hay otra muestra de tus palabras, muy ricas, señora.
ResponderEliminar¡Que aproveche, M! ;)!
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