Acabo de llegar a
casa terriblemente cansada.
Me he tumbado en la
cama, sobre los cojines blandos
Y he pensado.
He pensado en dormir
para siempre.
En permanecer en esa posición.
En no moverme.
En morirme ahí,
descansando el alma en un estado de letargo.
En morir. Siempre morir.
Sorber la vida en una
copa amarga que no puede ver,
Que se ha agotado,
Que no hay esperanza.
Donde la negrura ha
cobrado cuerpo
Y es un ser.
11.02.2014
C. Merino
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