Te quería cerca
entonces,
Sentirte como una cárcel
a mi alrededor.
Saber que no te
marcharías lejos,
A los sitios más típicos
sin llevarte un recuerdo,
Prometiendo inocentadas,
Gilipolleces tan
estúpidas como mi nombre.
Enmarcar las sombras
de mis rasgos
Para llevarte algo
que se pareciera a mí,
Sin permiso.
Saludar lo monótono
desde lo alto de una montaña,
En la que resonarían nuestros
nombres ahogados.
Aclamándonos por
hacer las cosas, físicas,
Por no sacrificarnos
con palabras incomprensibles,
Irresistibles y
vacías.
Te quería entonces
más cerca.
Saber que podías.
Y que decidiste coger
mi mano,
Llevarme cerca y, de
repente, andar, andar, andar,
Y encontrarme con la
puerta
Que separara nuestras
córneas,
Pero nada más,
Solo un trozo de
madera que hace música.
29.07.2014
C. Merino
Necesito releerlo para quedarme con su esencia mejor. De momento vayamos por partes: "Enmarcar las sombras de mis rasgos /Para llevarte algo que se pareciera a mí,"... precioso, Cristina.
ResponderEliminarDanke. Pero tú también.
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