Demasiado profunda
lo llaman
Quizás demasiadas
lágrimas también
Que jamás pude
verter.
Ni cuando sabía
que esto acababa,
Así, con antelación
y negatividad,
Ni cuando mi corazón
se encabritaba
Y juraba que no
había razones.
No, al menos, para
creer el destino.
Si yo ando, yo
decido
Y he escogido
rasgarte
Marcarte a fuego
mis dactilares en tu alma.
He escogido que
los demás se equivocan
Que mi lucha no
acaba hasta mi muerte
E imagino que
estará en tus manos la lanza
Pero te la cogeré
y sustituiré por un beso,
Te compensaré con
una caricia
Y me giraré
sabiendo que vendrás a encontrarme.
Porque he cogido
con mis manos los designios
Y he decidido que
se han equivocado
Y que puedo y voy
a cambiar sus tiradas.
Quizás por desesperación,
O por el síndrome del
corazón entero,
Pero puedo cambiar
lo que han visto
Pues yo decido
dónde piso cuando ando.
21.09.2014
C. Merino
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