Las palabras
ya no se formulan
En mi
garganta
Mascullante
de sangre.
El desastre
Tras las
ruinas
De los
susurros de mi cráneo.
No se
han vuelto a escuchar tus dedos
Que sangraron
en otro dueño
Que lloraron
Otras almas,
otros pies,
Por seguir
el camino correcto.
No te
hemos vuelto a ver,
Cuando no
te escondías,
En ningún
otro ventrículo,
Musa, en
ninguno.
Dónde no
te escondes.
Dónde
No
Lo
Haces
Así, sin punto,
sin ninguno de ellos.
15.01.2014
C. Merino
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