Me di cuenta ya, hace tiempo. Ahora lo rememoro al llegar el fatídico
día. Normalmente la gente, en su etapa infantil, no sabe qué es lo que
significa desear. El problema se acerca cuando empiezas en la adolescencia. O ya
en la pre adolescencia para los más puntillosos. En esos años de granos y amores
efímeros deseas crecer, que te vean mayor, ser maduro, a pesar de no saber ni
su significado ni lo que implica, ser adulto, aunque no les entiendas. A mí me
daba igual. Estaba bien pero me sentía de la misma manera. Veía que la maduración
no se trataba de los años, se trataba de las experiencias y que contra más
números le sumara a mi DNI más vieja estaba. La conjunción perfecta era
sufrirlo todo pero sin envejecer jamás. Los expertos quizás lo llamarían el
síndrome de Peter Pan. Yo lo llamo el síntoma de la muerte venidera. El tiempo
nos maldice a cada uno de nosotros. No podemos luchar en su contra. El señorito
Gray lo sabía. Quizás no deberíamos ponernos ante este acantilado amenazante
como él hizo, pero quién no haría algo similar presa del pánico, de las
arrugas, de los juanetes y de las pocas fuerzas que te van quedando. El espíritu
al final no concuerda con la potencia de tu cuerpo. Tu piel se va quedando
flácida. Ya no follas. Ya no comes. Ya no bailas. Ni si quiera lees porque
tienes la vista cansada. Y la visa también. Ya no vives porque ya has vivido. Y
ha sido un jodido suspiro, un dulce trago de un buen lingotazo. Y qué ha
resultado que has hecho con esa bebida temporal: bebértela sin objetivos, solo
porque eres un borracho, un adicto. Has sido un adicto a la vida, por si lo que
no lo es, da miedo. Por si entonces no eres nada y te largas, porque tienes que
hacerlo, y ya no te recuerdan. Y tu bebida fue corta y sin sabor verdadero. Sin
subirte. Te casaste, formaste una familia, pagaste impuestos por todo e
intentaste convencerte de que era eso lo que querías. Intentaste triunfar. Enorgullecerte
de lo que tienes. Bueno, hay muchas maneras de triunfar. Quizás decidiste que
te quedabas con los más cercanos, que te olvidaran luego los que no te
conocieron. Otros deciden que el mundo
les recuerde. Sino de qué Aquiles es Aquiles, de qué es su talón famoso. Perduraste
de otra manera. Triunfaste, no nos engañemos. No todos son Miguel Ángel. Pero se
acerca otro año. No sé como ocurre pero sucede así, en un día, y en 24 horas ya
eres vieja. En alguna ocasión cambias de década. Y me asusta la rapidez en la
que esto sucede. No es como una carrera de coches donde la adrenalina coge
forma y te invade. Es un oh dios mío, un oh madre mía. Se pasan los días y la
muerte te acecha. Hay evidencias hasta físicas. Y qué has hecho con tu vida, C.
Aún no has hecho nada. Los sueños siguen siendo sueños. Aprecias que son solo
20 años. Hubo personas que con 14 cautivaron al mundo. Se suceden las
primaveras. Habrá tiempo, C. Esperemos. Porque sigue existiendo el miedo y las
ganas. Y en verdad, en frío, no sé qué deseo.
06.12.2013
C. Merino
Querida, C., no hables así que me deprimes! Te recuerdo que aún eres joven, ¡qué digo!, aún somos jóvenes y nos queda mucho por vivir. Nos queda mucho pro reír, mucho por correr, ver y sentir. Aún nos queda mucho. No midas tu vida en años, pues son los días los que cuentan. Haz que cada día cuente por sí mismo.
ResponderEliminarMissed you <3
Lo intentaré, i promise. Missed you too dear <3
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