Me duelen los ojos
De contener las
lágrimas
De no poder soltarte
de mi vida.
Soy veintiún años de intransigencia
De infancia sin
prodigios
Ni saber escribir.
Sólo sé que debo
pensar
Que no supiste
arriesgarte
Por lo que yo suponía
Que era suficiente.
La lejanía que
interpusiste
Era demasiado grande
Como para no quemarme.
Sólo resulté ser un
mal revelado
Sin cámara oscura
Donde dejar fuera el
miedo a la oscuridad.
Soy el apagón y los
restos
Que quedan en el mar
Sin salvarse
De los pocos besos que
me diste.
O soy la casa vacía
Que nunca quisiste
habitar
Ni ayudarme a tapiar
los abismos abiertos
En sus paredes de
colores vahídos.
Soy veintiún años sin
ti
Para encontrarte y
descubrir
Que no quieres ser
mío
Ni querrás prestarme
jamás
El corazón para la humanización
De este cuerpo.
Soy veintiún años de
rechazo y de rabia,
De frustración y de
insuficiencia.
La historia
interminable de la mujer
Que no es mujer de
vida,
Que soy mujer, más
bien,
Mujer de muerte.
Soy la huella
demasiado joven
Soy veintiún años de
supervivencia
De cuando aún no
existía.
Soy la imagen de mi nacimiento
en tus ojos.
No cuando te
encontré.
Cuando me viste.
Enamorarte con los
ojos era algo
Que no podía suceder
cuando eran
Veintiún años los que
me encontraban
A tiempo para decidir
que contigo sí.
Hubo un click y tú pensaste
Y ahí me dieron
muerte los años de oportunidad
A cualquier locura.
Se abrió paso la
angustia,
Se abrió el
arrepentimiento en el pecho
No como un desgarro.
Fue una bala mal
disparada a mis
Veintiún años,
Cerca del corazón y aquí
sigue la metralla,
Desangrándome.
Pensando que todo se
podría haber hecho
Sin tanta sangre, con
más música.
Mi situación es
jodida
Y estoy faltando a mi
promesa
De no arrepentirme
nunca de nada.
Sigue existiendo la
posibilidad
De no sobrevivir a
esto.
Y si yo ya me
desangro,
Hazme un favor, y acuchíllala,
Que no me vas a doler,
No me va a doler la
excusa de mis
Veintiún años,
Ni yo voy a dejar que
me duelas,
Libremente, por
sentir algo,
Por sentir por ti,
Para nada.
Soy veintiún años de
angustia,
Dolor e insuficiencia
cardíaca.
Así que mata la
posibilidad de morirme
Que se desangra toda
mi vida
Por mis venas
En ríos en los que no
puedo bañarme
Y tú no existes, y tu
mente no existe,
Y yo no existo.
Y la crueldad existe
en encontrarte y que,
Después de todo, sea
Para arrebatárteme.
Acuchilla toda opción
de irte.
C. Merino
09.04.15
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