© 2013-2017 Cristina Merino Navarro


martes, 21 de abril de 2015

Atravesado

Te tengo atravesado en la garganta
Y en los ojos.
Las comisuras de mis labios
Han dejado el rojo
Y el sabor del deseo
En plena madrugada.
Te tengo en el pecho
Atravesado en la ansiedad,
En el recuerdo de los celos
De no tenerte.
Yo te sueño.
Y nadie te soñará como yo lo hago,
Quizá tirando de tópicos no tan típicos
Si son míos,
Sin idealizaciones absurdas
Sin banalizaciones de tu piel,
Que adoptaría como mía.
Así que te ansío de vuelta,
Enamorada de las imposibilidades
Que me aplico.
De vuelta.
De forma absurda, tonta y egoísta,
Afortunada de haber dado contigo,
Sabiendo que hace demasiado frío aquí fuera,
En el recuerdo,
Si tú existes, entiendes, si tú existes.
Mi oasis favorito en  este mundo enfermo.
Mi alivio en los labios.
Mi amor a primera vista,
Capaz de dar luz a mi cielo ennegrecido.
Pero te tengo atravesado,
Y cuando consigo dejarte ir,
Por los ojos,
Decides volver para dejar volarme,
Cuando pedí explícitamente
Que no lo hicieras.
Dejaste volarme,
Mientras me temblaba el labio
Y se me hacía duro escribir
O pensar en la inexistencia.
Pero no sé qué puede dolerme más.
Que no sientas por mí
O cómo eres capaz de sentir,
Haciendo oídos sordos a mis llantos
Que tengo la insuficiencia clavada
Por todo el cuerpo
Y hay sangre por todos esos sitios
Que son tuyos,
Estoy alcanzada por la angustia
Como san Sebastián
Por todas sus flechas.
Se me atraviesa la mordida en la lengua
Para contener los espasmos
Dolorosos de saberte lejos.
Se me atraviesa la sonrisa
Curvada hacia abajo.
Sólo soy pedazos de insuficiencia
Incapaces de acelerar tu tiempo.
Sólo quisiera no dejar
De presionar a tu pecho, atravesado.
Sólo quisiera tenerte de vuelta,
Envolviendo mi cuerpo quebradizo
Sorbiendo mi tristeza
Y renacer de nuestras cenizas.

21.04.15

C. Merino

No hay comentarios:

Publicar un comentario