© 2013-2017 Cristina Merino Navarro


viernes, 3 de abril de 2015

Me odio y me condeno

Te odio y te condeno,
Sin miramientos,
Sin compasión que valga
En mis ojos.
Sólo serán dos esferas frías
Que miran hacia tu dirección
Y no consiguen verte.
No habrá más que repudiación
En mis manos y rechazo
En las palabras que te escribo.
No te querré en mi vida
En siglos de olvido
Para que no te de tiempo a pensar.
En un tiempo no seré la misma
Pensaré distinto y seguiré
Con la idea de tu mente
Fuera de mi vida.
La basura ya nos come bastante,
Sobre todo ahora,
Que estoy a punto de quebrar
En mi almohada.
Me invade la rabia y el sinsentido
De saber que jamás
Podrás volver a tenerme
De ninguna puta forma.
Ya no perdono aunque se sienta.
No tengo las fuerzas de pensar
Fríamente y en el karma.
No te compadezco,
Te odio y te condeno
Como últimos resquicios
De lo que fue esta mierda.
Sé que no hablo yo, que habla el dolor.
No por favor, qué mentira.
Es mi yo letal y furibundo,
Es cristina terca y cabreada
Que habla mal e insulta.
Soy yo quien habla,
Es cristina quien te manda la mierda.
El dolor es sólo una consecuencia
Igual que yo sólo he sido un daño colateral
Efímero y sólo por un tiempo.
Ya no existo y el valor ha muerto,
Cómo cuando me contaron
Que a Dios le murieron.
Hace tiempo que no rezo
Así que hará tiempo que no te pienso
Y podremos olvidar que esto es una carta
En la que sólo espero que tu mierda sea
Por un tiempo igual que mi infierno,
Por un tiempo igual que el fuego
De esta malhablada que arde
Arde y ya pierde la consciencia
Por el inaguantable arder.
Por ahora piensa que hace poco escuché
Que el infierno está cerca de lo que
Algunos creen es el cielo.
Y por ti ya me doy cuenta que no soy capaz
Ni de escribir bien en las horas tempranas.
Eres la inquisición que no quiere
A las pelirrojas y persigues a mi don
Y ese don arde conmigo y ha conseguido
Morirse también de pena.
El dolor demanda sentirlo y en estas palabras
Habita el mío.
Tan lejos como pueda del tuyo.

03.04.15

C. Merino

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