Me estremezco al compás
De una música
extraña.
Pero creo que el frío
Sólo viene de dentro.
De aquí donde pongo
Vacilante el dedo
Mientras me tiemblan
Los labios
Y mis ojos
Se dejan caer sin vida
Dentro del abismo
Y muy dentro del
miedo.
Quizás así sea la
muerte.
Este estremecerse,
Al ritmo de la música
Que no reconozco,
Al ritmo del
titiritar del frío.
06.04.15
C. Merino
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