© 2013-2017 Cristina Merino Navarro


viernes, 7 de febrero de 2014

Las paredes se han ido construyendo.
Nadie prestó atención a mi piel
Hasta que la separaba de mi cuerpo un muro.
Nadie se atrevía entonces a tocarme,
Con esa mirada envenenada
Y esas manos trémulas, que temblaban.
No podía moverme.
De veras, había una tela que me separaba del mundo.
De la gente,
Que pasaba rozando y ensuciando,
En la distancia,
                A mi piel.
Mis ojos suplicaban con lágrimas.
El rictus de mi cara pedía a gritos
Que me salvaran.
Pero el muro, joder, es el muro.
Cómo coño ha aparecido el muro que interpone entre nosotros,
Una respiración.
Entre nuestras pieles.
Entre un contacto pasajero y eterno.
Cómo ha nacido en mí el muro que me separa,
De la realidad que conocí una vez,
Que me ha convertido en un fantasma
Observador encerrado.
Sin respirar, en otro mundo paralelo a este.
Cómo.

07.02.2014

C. Merino

No hay comentarios:

Publicar un comentario