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lunes, 17 de febrero de 2014

Aquí paso mis días,
Escondida del sol, amando a la luna,
En alguna antigua cueva de una antigua historia.
Lo cierto es que no quiero permanecer aquí,
Sucia de soledad,
Con la irrealidad incrustada en mi piel.
No quiero sentirla, como penetra en mí sin poder pararla.
Estoy ahí, en la oscuridad agazapada, sintiéndome en casa.
De hecho estoy esperando a que vengas a mí.
A que las sombras me traigan el mensaje que hace tiempo aguardo.
A que no te demores más, porque me desquebrajo.
Estoy esperando, matando a los días,
A cuchilladas, ahogándoles,
Anhelando la llegada de la esperanza.
No me importaría empezar por recomponer mi alma,
Por limpiarme las llagas.
No me importaría ser superficial,
Para llegar a mi resurgimiento,
A mi recuperación, que se me ha escapado.
Como un perro mal atado y que echó a correr.
Temo que la hayan asesinado antes de saberse perdida.
Te pediré ayuda solo una vez.
Y ya no jugaré nunca más a mi vida,
Aunque tampoco pueda jugar a la tuya.
Pero ven ya.
Antes de que piense demasiado en cómo me puede cegar la luz.
En cómo sería vivir sin lágrimas.
Pero jamás voy a pedirte que me salves.
Jamás verbalizaré que necesito ayuda.

17.02.2014

C. Merino

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