© 2013-2017 Cristina Merino Navarro


lunes, 30 de marzo de 2015

Mis sombras

Me gustaban más tus sombras,
Más que tu luz,
Dijeron nunca tus labios.
Me gustabas más tú,
Te pronuncié, en silencio.
Y de pronto todo se despedaza.
Se rompen nuestras manos
Lejos de cogerse.
Se necesitaba mucha más fuerza
Para mantenerme que valentía
Para soltarme.
Y se despedazan los sueños
En la muerte de tus labios y el corazón,
Ha dejado de latir.
Mis pálpitos se mantienen
Lejos de poder romper.
La incandescencia me muere
Y me corro en otro tipo de ganas.
Decidiste que dejabas de existir
O que yo ya no podía hacerlo.
No sé si todos los ángeles
Serán cenizos con el tono de tu piel
En sus dedos.
Ni si también me arrancarán
Las mordidas al alba
De las heridas de mi espalda
Y el escozor de tu nombre
Se desvanecerá
Sin saber reconocerte
En ningún lado.
Si eso quieres,
Eso sucederá con la extirpación
De las alas que crecieron
Contigo a mi espalda.
Si eso no quieres,
Eso, simplemente, no pasa.
Y sigo en tu vida
Dando luz con  mis sombras,
Más oscuras que nunca,
A tu desierto demasiado habitado
Con la fortuna de otras personas.
Oigo tus voces de fondo.
Y sólo escucho como gritan
Y se rasgan.


30.03.2015
C. Merino

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