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domingo, 16 de noviembre de 2014

Te quería cerca entonces,
Sentirte como una cárcel a mi alrededor.
Saber que no te marcharías lejos,
A los sitios más típicos sin llevarte un recuerdo,
Prometiendo inocentadas,
Gilipolleces tan estúpidas como mi nombre.
Enmarcar las sombras de mis rasgos
Para llevarte algo que se pareciera a mí,
Sin permiso.
Saludar lo monótono desde lo alto de una montaña,
En la que resonarían nuestros nombres ahogados.
Aclamándonos por hacer las cosas, físicas,
Por no sacrificarnos con palabras incomprensibles,
Irresistibles y vacías.
Te quería entonces más cerca.
Saber que podías.
Y que decidiste coger mi mano,
Llevarme cerca y, de repente, andar, andar, andar,
Y encontrarme con la puerta
Que separara nuestras córneas,
Pero nada más,
Solo un trozo de madera que hace música.

29.07.2014
C. Merino

2 comentarios:

  1. Necesito releerlo para quedarme con su esencia mejor. De momento vayamos por partes: "Enmarcar las sombras de mis rasgos /Para llevarte algo que se pareciera a mí,"... precioso, Cristina.

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