© 2013-2017 Cristina Merino Navarro


viernes, 17 de octubre de 2014

Se prostituían mis maneras de quererte,
Se vendían mis esperas en las esquinas de mi cabeza.
Después de drogarme con tu aroma,
Estaba con el mono de tu ausencia.
Soñaba con otro mundo en tus manos,
Con abrazos contra tu cuerpo y el mío ahogado,
Dolorido entero por tu presencia.
Algunos médicos calificaron mi dolencia,
Un fallo cardíaco, decían, con el sello de tu yema.
Científicamente amor se llamaba,
Y aseguraban que tus ojos me mataban,
Que acababan conmigo tus maneras.
Yo me suturaba con risas exageradas.
Si eso era amor, estaba perdida en mi soledad extraviada.
Pero mi corazón no reconoció la palabra,
Seguía latiendo sin sentido, tal vez esquizofrénico,
Doloroso, como siempre, con tu añadido,
Con el añadido iracundo de tu rostro.
Y seguían latiendo sus pedazos vendados
Por todos los besos que me diste y no recuerdo.

17.10.14

C. Merino

No hay comentarios:

Publicar un comentario