© 2013-2017 Cristina Merino Navarro


sábado, 3 de agosto de 2013

Para M, querida Petitenhance,
gracias por destruir mis propios muros.

La calavera se encerró
En sí misma.
Y su alma se prendió
Asustada por las cenizas.
El viento se ahogó.
Y yo miré a lo lejos.
Tú miraste en mi interior.

03.08.2013
C. Merino

No hay comentarios:

Publicar un comentario