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viernes, 30 de agosto de 2013

Ni siquiera puedo ya mirar dentro de tus ojos
donde el bosque es frondoso y se ocultan los claros.
Se cantaron canciones, antes de nosotros.
Ahora han mudado
y si te mirara ahora no encontraría hogar ni casa.
Sólo las cenizas del fuego que prendimos los dos
y unas ruinas a lo lejos
que devastarían mi corazón
pues allí era donde yo lo tenía guardado,
donde creía que tú lo tenías guardado,
después de la entrega en nuestros años de esplendor.

29.08.2013
C. Merino

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