© 2013-2017 Cristina Merino Navarro


miércoles, 24 de septiembre de 2014

Se despidieron las sombras,
A escupitajos de sangre en la acera.
Ella levantó las manos
Y disparó con sus dedos a los cuerpos.
Pisoteó todos sus sueños,
Destrozó sus esperanzas.
Él no tuvo tiempo para empezar a correr,
A vacilar contra la pared y atravesarla.
Ella siguió andando sin mirar atrás,
Malgastando las esquinas mal posicionadas
Desconchando corazones abollados.
Y cuando los curaba, los sentenciaba.
Colocaba sus labios en su piel,
Bang bang,
Y sus manos disparaban,
Sus dedos masacraban sus ganas
Y su boca les hacía enloquecer, bang bang.

24.09.2014

C. Merino

No hay comentarios:

Publicar un comentario