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viernes, 18 de octubre de 2013

El miedo me atraviesa el corazón
como una aguja poco afilada, que le cuesta penetrarme,
pero que hace que la sangre me empape
como un río que transporta rocas de memorias
y me deja desarmada y desnuda,
helada con la nieve de un invierno reencontrado.
El temor ha penetrado el corazón
y se me ha roto.
Y no he podido recomponer los pedazos
con su sabor a vino añejo.
Mi corazón se ha envenenado
por esos recuerdos que no existieron.
Mi corazón se ha destrozado.
Mi corazón no existe.

17.10.2013
C.Merino

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